Luego de indagar las diferentes variables, Francis Fukuyama agrega a su libro una sección donde él reflexiona sobre lo que se tendría que hacer en América Latina para cerrar la brecha entre ambas, y él sostiene que formular recomendaciones generales a favor de iniciativas que contribuyan a cerrarla es muy difícil. La persistencia de esta brecha durante más de cuatrocientos años indica que no desaparecerá de la noche a la mañana. Por otra parte, hubo periodos en que efectivamente se redujo y por lo tanto hay motivos para pensar que esto puede volver a suceder en el futuro.
Las prioridades para Francis Fukuyama deberían ser las siguientes:
_Establecer buenas políticas económicas
_Realizar una reforma institucional
_Prestar atención a la actividad política
_Llevar a cabo una política social inteligente
Haciendo una integración de las conclusiones de su libro, el autor señala que la política social llevada a cabo por los gobiernos latinoamericanos, deben intentar superar el grave problema de la desigualdad social y su perpetuación en diferentes formas a lo largo de las generaciones. Sin duda, estas permanecerán al área de la política social: Temas de la salud, educación, seguridad social y otras áreas de política en que el Estado tiene la obligación no solo de brindar bienes públicos, sino también de procurar algún paliativo frente a las desigualdades sociales.
Pero en este punto el autor expresa un punto de vista diferente: Si América Latina ha de cerrar alguna vez la brecha que la separa de Estados Unidos, debe dedicarse a planear políticas sociales inteligentes, no volviendo a los programas de concesión de derechos del pasado como muchas veces lo hicieron gobiernos populistas que no pudieron desarrollar políticas sociales que perduraran en el tiempo, sino más bien proyectando sistemas de que maximicen los incentivos de los pobres para ayudarse a si mismos y a las próximas generaciones. Ya que el problema del populismo no es que quiera satisfacer las necesidades del pueblo, sino que ofrece soluciones inmediatas que empeoran a la larga las perspectivas futuras de los pobres.
Por lo tanto, a cualquiera que le interese de veras cerrar la brecha entre América Latina y Estados Unidos, le incumbe formular una política social seria, que destine un monto sustancial de recursos a subsanar los problemas de salud, educación y bienestar de la población, pero que lo haga de modo tal que se obtengan resultados reales y a largo plazo.
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